miércoles, 9 de enero de 2013

Alimentos para nuestro cerebro.

Una de las necesidades más importantes para nuestro organismo es la nutrición. Debemos alimentarnos bien para poder realizar las actividades cotidianas correctamente. Para conseguir esto, nuestra dieta tiene que ser equilibrada y variada, requisito fundamental para no carecer de ningún nutriente importante en nuestra vida.
El cerebro, como parte importante de nuestro cuerpo, también necesita alimentos para contrarrestar la cantidad de energía que gasta y para llevar a cabo las tareas que hacemos en nuestro día a día. A continuación voy a hablar sobre algunos alimentos que favorecen la actividad de nuestro cerebro:

Nuestro cerebro necesita una dosis óptima de azúcares para tener un buen rendimiento. Si tomamos algo demasiado ligero, es probable que el cerebro se quede sin energía unas horas más tarde, por ello, debemos tomar algo no sólo ligero, si no también nutritivo, que permita mejorar la memoria a corto plazo y la manera de procesar la información. Ejemplos de alimentos que le ofrezcan al cerebro su dosis necesaria de azúcares pueden ser los yogures azucarados, frutas como la manzana, o un par de galletas.

Otro tipo de alimentos que influyen en el cerebro son los que contienen ácidos grasos Omega 3, ya que éstos no sólo ayudan a prevenir las enfermedades cardiovasculares, si no que también mejoran la capacidad de aprendizaje. Además, la carencia de Omega 3 y el exceso de Omega 6, otras grasas incluídas en aceites y mantequillas, se relacionan con la depresión.
Los frutos secos, el pescado y la soja son algunos alimentos ricos en Omega 3.

Todos sabemos que el colesterol en exceso es malo, ya que aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, este lípido es necesario para las neuronas porque juega un papel importante en sus membranas y en su metabolismo. Además, un descenso del colesterol puede alterar la acción de la serotonina, un compuesto producido por el cerebro y que está implicado en la regulación del estado de ánimo. 

Las vitaminas son indispensables para nuestra vida. Una carencia de ellas puede provocar trastornos importantes. En concreto, una falta de vitamina B9 y B12 altera el funcionamiento cerebral y favorece las depresiones.
Si consumimos frutas y verduras estamos ingiriendo vitamina B9, y, cuando tomamos carne, pescado o huevos estamos ingiriendo vitamina B12. 
Además, la vitamina E, presente en los frutos secos, el pan de centeno, el pescado azul, los huevos y las verduras, reduce el riesgo a padecer Alzheimer.

Por útimo, decir que el exceso de grasas animales, presentes en la carne, embutidos grasos y mantequilla; y el exceso de grasas vegetales ricas en Omega 6, duplican el riesgo de alteración intelectual. Por el contrario, alimentos como el pescado o el aceite de soja y oliva, reducen el riesgo o, al menos, no tienen un efecto nocivo.

Después de conocer un poco más sobre las desventajas de no alimentarse en condiciones, todos deberíamos tomar conciencia y cuidarnos, porque como bien dice el dicho..."Somos lo que comemos".







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