jueves, 10 de enero de 2013

Noches en vela...

Pasar una noche completa sin dormir hace que los niveles de dopamina de nuestro cerebro se disparen. Esta sustancia, que está ligada al placer y a la euforia, compensa la falta de sueño espabilando a nuestras neuronas.
Cuando tenemos falta de sueño, la dopamina aumenta tanto en el estriado dorsal (que se encuentra implicado en la motivación y el deseo) como en el tálamo (que está relacionado con la alerta). De esta manera somos capaces de permanecer despiertos a pesar de que en nuestro cuerpo haya una falta considerable de descanso.
A pesar de esta gran ventaja, pasar la noche en vela pasa factura ya que el aumento de dopamina además de no compensar el bajo rendimiento cognitivo, reduce la memoria y la capacidad de atención.

Se sabe que las anfetaminas tienen un efecto parecido a la vigilia pues funcionan aumentando la dopamina en el cerebro.

Por otra parte, la hipersomnolencia que sufren los enfermos de Parkinson podría explicarse por el deterioro que sufren las neuronas que segregan la dopamina.

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