miércoles, 9 de enero de 2013

Vísteme despacio que tengo prisa...

Está demostrado, parece que este dicho se alía con la Ley de Murphy en nuestra contra, y cuando algo puede salir mal, sale mal.
Esto es debido a que cuando tomamos decisiones rápidas, el funcionamiento del cerebro es distinto lo que nos hace cometer mayor número de errores.

Al analizar la actividad neuronal individual en el proceso de tomar de decisiones en un experimento con primates, se comprobaron sus reacciones en dos juegos en los que obtenían recompensa: uno en el que el premio dependía de la rapidez con la que se ejecutaba la respuesta, y otro en el que la importancia residía en la precisión de la respuesta.
Así fue cómo se descubrió la actividad de las neuronas en el conocido juego 'Pasapalabra' en el cual la velocidad es previa incluso al planteamiento de la pregunta.
En el segundo tipo de juegos, la actividad de las neuronas no aumenta hasta el planteamiento de la pregunta, pues el cerebro no actúa de manera idéntica cada vez que tomamos una decisión.

En definitva, la respuesta del cerebro depende de si este está bajo estrés de velocidad o de precisión.


No hay comentarios:

Publicar un comentario