¡Más baile!

Ha sido demostrado que si bailamos en nuestro tiempo libre estamos evitando el envejecimiento cerebral, tanto comparándolo con la lectura, tocar instrumentos musicales, la resolución de crucigramas... como otras actividades físicas como golf, tenis, montar en bicicleta o caminar.



Concretamente fue en un estudio donde se calculó que la realización de crucigramas reduce tan solo el 46% de demencia al llegar a la tercera edad, frente a un 76% que reduce el hecho de bailar. Se atribuye este potente efecto del baile al trabajo que ejercemos al aprender y unir pasos, lo cual aumenta la complejidad de  la sinapsis entre neuronas, reestructurándose continuamente el cableado neuronal.
Además, si bailamos con otras personas es preciso que tomemos rápidamente decisiones para no caer en un patrón establecido previamente (algo que sí sucede si caminamos, corremos o montamos en bicicleta).





En resumen, si bailamos en compañía, nuestro cerebro necesita recurrir a la "reinventación", que conlleva a la continua improvisación, acción que es un estímulo para mantener despiertas a las neuronas.